Esas lágrimas que un día quisieron no salir, se balanceaban al borde de sus pestañas, confundidas, sin decidirse a dar el salto final.
En su triste firmeza, en su cabeza de niña enamorada, acabó con las dudas.
No le pensaba decir que iba a llorar, pero ella notaba, notaba en su voz que se le condensaban las lágrimas, llegaron en un punto en que no podían.
Ni siquiera con el mínimo esfuerzo.
Estaba a punto de traicionarse a si misma.
Pero ella lo sabía, aunque lo debería, rió con algo de amargura y alegría.
Se pregunto el porque, sabiendo la respuesta de antemano.
También era humana, sabiendo que nunca aceptaría un poco de contención, ni tampoco retener sus lágrimas, y es que ya sabiendo eso, las lágrimas no conseguirían saltar.
Porque ella intentaría lo imposible por no hacerlo.
"Esas lágrimas que un día quisieron no salir, se balanceaban al borde de sus pestañas, confundidas, sin decidirse a dar el salto final."
ResponderEliminarQué bonito, pero... lo escribiste vos? Me gustó
Un besot enorme, que tengas linda semana!
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